Expulsándonos; atormentándonos; pequeñitas moléculas, dispersadas por entre el infinito entretanto la explosión continua ¿Eterna? ¿Perpetua? ¿Consciente?
Entretango los sentires, los pensares, los amares; “entretango” es locura voraz sodomizándose con sus propia tratativa para ignorarse materia residual (dispersada en el infinito sidéreo por el abismo en explosión constante); provisto de todo ese bagaje por vaya a saber que carambola del ADN, de la matemática, de la divinidad, del sinsentido de la forma desprendiéndose de la nada hacia ningún sitio. Expulsándonos; aterrándonos; la explosión; nosotros, con nuestra vida disociada, negligencia eficaz vuelta ladrillos del muro que siempre maldecimos y jamás dejamos de levantar ¿Por miedo? ¿Por conveniencia? ¿Por algo tan simple como una acción? Colapsamos, trasvertimos, travestimos, alucinamos; la confort-midad onanista suplanta la relación funcional de contacto entre las terminaciones de las células nerviosas, lo más dificultoso del mundo pasa a ser actuar según lo que uno piensa, y los señores feudales se relamen esperando por nuestra sangre, de la misma manera que nosotros nos deleitamos en una chocolatería antes de ser atendidos.
jueves, 10 de septiembre de 2009
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